Con la llegada de Lollipop en 2014, el OS de Android daba un giro de 180°. Su imagen era la más renovada y fresca desde 2011... pero el software no era tan fluido cómo 4.4(KitKat), por lo menos hasta su actualización a 5.1.1, aún corriéndolo con un hardware muy poderoso.
En 2015 Android Marshmallow llegaba para enmendar esos 'errores’ de software y hacer lo que Lollipop debería haber sido.
Pero!, también dejó atrás algunas características que en Lollipop eran muy convenientes.
Por ejemplo, el hecho de no poder instalar apps en las tarjeta SD era un verdadero 'painpoint’ para teléfonos que carecían de mucha capacidad de almacenamiento.
Aunque también traía verdaderos alivios cómo la opción de cambiar el volumen de lo que estábamos ejecutando o también modificar lo que no hacíamos en ese momento. Es decir, si estábamos usando YouTube, también podíamos cambiar el volumen de la alarma o de las notificaciones.
Y además de eso, en Marshmallow tenemos la posibilidad de autorizar los permisos de cada una de las apps para determinadas acciones. Y! Traía la tan llamativa 'feature’ Google Now “On tap”.
Así que no eran todas malas noticias...por lo menos para los usuarios de un ‘low cost smartphone’.
Pero más allá de estas ventajas, este Blogger sí usa un teléfono de gama media. Y es taaan conveniente el hecho de poder instalar apps de gran tamaño en nuestra SD Card que no le veo demasiado sentido actualizar a Marshmallow.
Aún así, si TÚ teléfono tiene más poder de hardware que el mío, es muchísimo mejor actualizar el sistema operativo. Son tan significativos los cambios que es una pena dejar esas preciosas características que 6.0 tiene para ofecer y más aún, si tenés la posibilidad de comprar un teléfono que ya viene con Marshmallow, qué mejor que tener la posibilidad de actualizar a Nougat (7), cuándo éste esté disponible para arribar a nuestros teléfonos.